Todos hemos escuchado que la edad es solo un número. Hay personas que son el vivo ejemplo de que los años no deben impedir que cumplamos nuestros sueños. Sara Vallejos es uno de ellos

La historia de Sara Vallejos es simplemente impresionante. A sus 80 años, la de Tucumán (Argentina) ya jubilada decidió vender todas sus pertenencias para comprar un motorhome. Desde entonces, se ha dedicado a recorrer latinoamerica en su nuevo vehículo.

Ya con casi 100.000 kilómetros en su cuenta, ha recorrido gran parte del continente, viviendo su sueño pese a su avanzada edad.

¿Quién es Sara Vallejos?

Después de llevar una vida normal, o al menos dentro de lo que la mayor parte de la sociedad considera así, Sara Vallejos dio un giro a su vida. Se convirtió en una nómada de la ruta, y se ha dedicado a viajar por Latinoamérica en motorhome.

Sara Vallejos se dedicó a dar clases de inglés durante la mayor parte de su vida. Estuvo casada y tiene tres hijos. El primer gran giro de su vida fue su separación, luego de 45 años de casada.

Fue a partir de ese momento que esta viajera empezó sus paseos, aunque no de forma permanente. Atendió un pequeño restaurante desde su casa, e incluso tuvo una librería ambulante. Sin embargo, se dio cuenta que no había encontrado lo que buscaba para ser feliz.

Ella se define como una persona aventurera. A los 70 años decidió que quería saltar en parapente, y casi 10 años más tarde, emprendió su aventura más grande

Desde temprana edad, Sara Vallejos tuvo una gran pasión por los motores. Fue su padre quien le enseñó a conducir desde chica, aprendiendo también algo de mecánica.

Un buen día,  un amigo le comentó que solo le faltaba recorrer Sudamérica en una casa rodante. Aquél comentario fue el inicio de todo y sin pensarlo mucho, lo hizo. Vendió su casa, su pequeño Corsa, el resto de sus cosas y adquirió su motorhome.

 Lo de Sara: la camioneta de Sara Vallejos

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Este fue el nombre que le puso Sara Vallejos a su camioneta Ford E350. El motorhome se convirtió en el nuevo hogar de la tucumana, y emprendió un viaje sin rumbo por las rutas de Sudamérica.

Vallejos reveló que compró la casa rodante en Internet, y fue entregada en Montevideo en barco. Fue allí donde inició su primer viaje. Sara Vallejos tomó rumbo a Uruguay, e inició inmediatamente su primer recorrido junto a un matrimonio de amigos y su hermano.

El primer viaje

Según lo que cuenta la argentina, estaba previsto que el viaje durara entre dos y tres semanas. Sin embargo, incursionaron en rutas brasileñas en un viaje que duró unas 8 semanas.

En este primer viaje, recorrieron Brasil de punta a punta, llegando hasta la frontera con Venezuela (norte). Cuando estaba en camino de regreso, recorrieron Perú, Bolivia y Uruguay.

En un principio, su familia se mostró reacia a la idea de que estuviera viajando sin rumbo. Sin embargo, con el paso del tiempo, estos aceptaron sus deseos y ahora son un gran apoyo para Sara en esta larga travesía sin destino.

Desde entonces, ha recorrido casi 100.000 kilómetros en un plazo de 2 años, habiendo pasado por las 23 provincias de la Argentina, incluyendo Buenos Aires (Capital Federal).

Entre los destinos que más le impresionaron, destacó la ciudad de Ouro Preto, que se encuentra a unos cien kilómetros de Belo Horizonte (Brasil). Así mismo, confesó su encanto por la selva amazónica brasileña.

Más allá de todos los lugares que conoció en la ruta, Sara Vallejos afirmó en una entrevista, que se queda con la gente que ha conocido. La tucumana resaltó que se ha encontrado con personas maravillosas, y que en ningún momento tuvo alguna mala experiencia.

“Nunca me interesó cumplir con un kilometraje o llegar a algún lugar. Quiero simplemente vivir viajando” afirmó en la entrevista.

Complicaciones en la ruta

La vida de nómada en una casa rodante conlleva varias complicaciones. La ruta impone dificultades, que pueden ser desde problemas mecánicos hasta climáticos.

Sara reveló que, en una oportunidad, quedó envuelta en una lluvia torrencial en la Provincia del Chaco (Argentina), en una época de grandes inundaciones en el año 2019. La viajera logró resguardarse en una estación de servicio.

Del mismo modo, se enfrentó a una avería mecánica del motorhome cuando recorría tierras peruanas. Fue gracias a sus conocimientos y a la ayuda de amigos mecánicos a quienes contactó por teléfono que logró resolver la situación.

Otro gran reto, son los recursos económicos. Ya habiendo dejado de trabajar, Vallejos vive de sus ahorros y su pensión. El dinero que recaudó vendiendo sus cosas es su principal fuente de vida. La gasolina es uno de sus mayores gastos.

En muchas ocasiones, se ha visto en la necesidad de permanecer en un lugar puntual por varios días hasta cobrar su pensión, para así pagar la gasolina y continuar.

Sara no se da una vida con muchos lujos, y ha administrado bien sus recursos para poder continuar cumpliendo su sueño de viajar por el continente. Ella afirma que ha aprendido a vivir despegada de lo material y de forma austera.

Durante la cuarentena

Desde el primer trimestre del año 2020, Sara Vallejos, al igual que todos, se vio envuelta en toda la situación que generó la pandemia por el COVID-19. Los viajes entre provincias en la Argentina se han visto limitados en estos tiempos de crisis sanitaria.

Sin embargo, esto no detendrá a la viajera en su recorrido. Tan pronto las autoridades autoricen el libre tránsito entre provincias, esta emprenderá un nuevo viaje a lo largo y ancho de su país.

No todo ha sido negativo para la abuela en estos meses en los que no pudo recorrer grandes distancias. La tucumana aprovechó el tiempo para promocionar su libro, en el que relata sus grandes aventuras en la ruta: “80 años no son nada. A donde me lleve el viento” se titula la obra de la nómada de ya 82 años.

Por otro lado, Sara Vallejos también ha lanzado el tráiler de su propio documental, que saldrá en 2021 bajo el título “A donde me lleve el viento”. Este fue filmado en la Patagonia argentina.

Gran mensaje: 80 años no son nada

Sara Valllejos

Además de sus viajes, Sara Vallejos ha estado dando charlas en distintos lugares de Sudamérica. En éstas anima a las personas a cumplir sus sueños. Para Sara Vallejos, 80 años no son nada. Ella es el claro ejemplo de que se pueden romper esas barreras del miedo y la incertidumbre.

Desde el inicio de su travesía, la viajera ha vivido totalmente despreocupada de dónde está y a dónde se dirige. No se fija destinos ni plazos, y simplemente se desplaza en “Lo de Sara” en busca de gratas experiencias en los lugares que se encuentra en la ruta.

Vallejos se ha convertido en una gran inspiración para muchos, ya que ha puesto en evidencia que la edad no es una excusa para atreverse. De lo único que se lamenta es de no haber tomado la decisión de partir sin rumbo un par de décadas atrás.

Sara ha estado usando sus redes sociales para compartir parte de sus experiencias, y para mantenerse en contacto con algunas de las personas que siguen sus aventuras. “A donde me lleve el viento y me esperen los amigos” dice una de las frases grabadas en la casa rodante.

Y tú, ¿te animas a empezar una gran aventura viajando por América?

 

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