Si el camino de la aventura los lleva a visitar América del sur, más específicamente la zona entre el Gran Chaco y la Amazonia, encontraremos una extensa llanura donde se encuentra la Chiquitania Boliviana. Este territorio forma parte de Bolivia, y es denominado Llanos de Chiquitos o Chiquitania. La principal característica de esta zona es que comparte una gran parte de sus características climáticas y territoriales con el bioma chaqueño.
Los Llanos de Chiquitos representan una gran parte del este del Departamento de Santa Cruz. Aunque el promedio de temperatura en la zona es relativamente cálido, la amplitud térmica la caracteriza, tanto durante los ciclos diurnos-nocturnos como así también en los puntos más altos del verano y el invierno. En Chiquitania es usual el choque entre los frentes cálidos y fríos, por lo que las copiosas lluvias son frecuentes en el lugar.
Por otro lado, en los Llanos de Chiquitos no se encuentran grandes formaciones montañosas. La más llamativa es la serranía de Santiago, pero aún así su altura la califica como una cordillera baja. Su punto más alto es a 1290 metros sobre el nivel del mar, registrado en la cumbre del cerro Chochis. En contraposición pueden verse en el paisaje varias zonas de hundimiento o depresiones poco profundas.
Si están pensando en visitar la Chiquitania boliviana en su próximo viaje, este artículo les será de gran utilidad.
El origen del nombre “Chiquitanos”
Para hablar acerca del nombre que se le da tanto al territorio como a los habitantes del lugar, es necesario saber que existen dos versiones acerca de su origen. En primera instancia puede decirse que a mediados del siglo XVI se comenzó a llamarlos chiquitanos. El significado de esa palabra se traduce como “los chicos”, o personas de baja estatura.
Esto, sin embargo, no aclara de qué palabra es derivado el término. Algunos consideran que proviene de la palabra en guarani “tapuymirí”, que suele ser traducida como “ pequeños enemigos”, aunque también es sinónimo de “chiquito”.
Por otro lado, también puede haber surgido desde los propios españoles, que los nombraron de esa forma debido a que sus chozas poseían entradas muy pequeñas a las que solamente se podía acceder ingresando en cuatro patas.
De esta manera, el término permanece hasta hoy en día como un nombre genérico para referirse a los diversos grupos autóctonos de esa región.
Un poco de historia sobre los Llanos de Chiquitos
Se conoce poco de la historia de los habitantes de chiquitanos anterior a la conquista de América. Esto sucedió a mitad del S XVI, momento en el que Ñuflo de Chavez y Martínez de Irala. Estas expediciones tenían por objetivo encontrar la “Sierra de la Plata”. Para 1690, comenzaron a ingresar en la Chiquitanía boliviana algunas misiones jesuíticas: la primera fue San Francisco Xavier.
Se llegaron a crear alrededor de diez misiones o “pueblos de indios”. Allí los grupos étnicos originarios, experimentaron un proceso de homogeneización lingüística y sociocultural. Al mismo tiempo sufrieron decisivos cambios demográficos, políticos, económicos y religiosos.
Estas misiones jesuíticas fueron expulsadas en el año 1767, y debido a esto las condiciones de vida de los indígenas se vieron afectadas negativamente. La esclavización y matanza a estos pueblos escaló rápidamente.
Ya muchos años después, en 1952, muchos indígenas se vieron favorecidos por la Reforma Agraria. Este no fue el caso de los chiquitanos, quienes hasta el día de hoy se mantienen en lucha permanente por el reconocimiento de sus derechos.
Cabe destacar que la organización actual del territorio de la Chiquitania boliviana todavía posee seis poblaciones de indígenas convertidos al cristianismo. Estas fueron declaradas en 1990 Patrimonio Cultural por la UNESCO.
Hablemos de la organización social, política, económica y religiosa de los chiquitanos
Como ya hemos hablado anteriormente, el pueblo habitante de la Chiquitania boliviana tiene una identidad fuertemente marcada por el catolicismo. Estas creencias además se mezclan con diversos dogmas provenientes de sus religiones autóctonas.
De esta forma, los seres espirituales relacionados con el cuidado del entorno natural también están presentes en la actualidad. La creencia es que estos velan porque se haga un aprovechamiento inteligente de la naturaleza. Los más conocidos son el “jichi del agua” y el “pisíxh”, y las festividades más relevantes dentro de estos pueblos son el carnaval, además de la Semana Santa y las fiestas patronales que celebra cada una de las poblaciones.
Por otro lado, en cuanto a su forma de vida en comunidad, tradicionalmente cuando se formaba una nueva pareja la misma vivía en la casa de los padres de la esposa. En la actualidad esto ya no es así, y al formarse una nueva pareja la misma se establece en una casa propia separada de la de los progenitores de cada cónyuge.
La autoridad mayor en las comunidades chiquitanas son las asambleas comunales. Estas se componen del cacique o presidente de la Organización Territorial de Base (OTB) y sus colaboradores. Estas autoridades son elegidas en comunidad a través de una asamblea.
La principal actividad económica realizada por los chiquitanos es la agricultura. Se plantan cultivos de arroz, maíz, yuca y maní. Por otro lado también se dedican a la ganadería, crianza de animales menores, apicultura, artesanía, caza, pesca y recolección.
De esta forma, puede decirse que en la Chiquitania boliviana se llegó a una forma de comunidad híbrida entre lo tradicional de las culturas indígenas propias del lugar y las creencias implantadas por el catolicismo. Todos los aspectos de la estructuración de estas sociedades se caracterizan por estos modelos combinados.
Recomendaciones para viajar a Chiquitania
Si ya están decididos a aventurarse hacia este histórico lugar de Bolivia, hay algunas actividades que no pueden dejar de realizar para vivir una experiencia inolvidable. Cabe destacar que debido a la historia del lugar, se puede realizar tanto turismo natural, como histórico, religioso y cultural. Algunos de los recorridos más recomendados al momento de visitar la Chiquitania boliviana son los detallados a continuación.
Turismo por las misiones jesuíticas de la Chiquitania Boliviana
Visitar las Misiones Jesuíticas que persisten en la zona hasta la actualidad permitirán que tengamos una experiencia increíble. La posibilidad de compartir con estos pueblos la cotidianeidad les dará una nueva perspectiva de la vida. Su rutina diaria difiere mucho de la de poblaciones cercanas, como por ejemplo la de Santa Cruz de la Sierra.
Para llegar a las Misiones Jesuíticas hay tres diferentes opciones. La primera es tomar un tour express, de un día de duración, con el objetivo de recorrer la Misión de San Javier, Concepción y San José de Chiquitos. Esta excursión puede no ser de las más completas, pero es muy buena opción si no se dispone de demasiado tiempo para recorrer la zona.
Por otro lado, existen varias agencias turísticas que organizan travesías de cuatro días en las que se realiza un Gran Tour que incluye la mayoría de las misiones jesuíticas. Este tipo de excursión suele tener un valor muy elevado. Es por esto último que una buena recomendación es organizar esta visita por nuestra cuenta, sin agencias de turismo de por medio. Para poder hacer un recorrido de esta forma, son necesarios alrededor de 4 a 6 días como mínimo.
Si han decidido viajar por su cuenta, deben saber que desde Santa Cruz de la Sierra hasta San José de Chiquitos pueden tomar un tren que les costará menos de 10 dolares. El tren se toma en la estación bimodal de Santa Cruz, y a partir de este punto recorrerán 270 kms hasta su destino. Una vez allí, en la Plaza de Armas podrán encontrar información sobre hospedajes económicos y buenos lugares para comer. Habiendo llegado al destino podrán planificar las visitas a cada una de las misiones.
Cada una de ellas tiene una característica especial. La de San José de Chiquitos, por ejemplo, es la única Misión de piedra, ya que las demás están construidas en madera. La de Concepción, por otra parte, es una de las más llamativas de la zona y además posee una Plaza de Armas muy bonita.
Paseo a Roboré
Este lugar, a 132 km de San José de Chiquitos, tiene atracciones muy llamativas para los amantes de la naturaleza. Allí podrán visitar balnearios, la Laguna Sucurá, el Chorro de San Luis y un Manantial que posee varias pinturas rupestres.
Un punto muy positivo de Roboré es que funciona como un excelente punto de conexión para poder viajar desde allí hacia otros puntos turísticos. Desde este lugar salen varios micros hacia Santiago de Chiquitos, Aguascalientes y Chochís, entre otros.
Si se aventuran desde Roboré hacia Santiago de Chiquitos, podrán visitar la Cueva de Miserandino. Es una excursión que se realiza a pie y normalmente por cuenta propia. Es un sendero que tiene una duración aproximada de 3 horas y media entre ida y vuelta, y en el que irán encontrando varios atractivos del lugar. Dentro de estos se encuentra el Arco, una formación de piedras natural y muy interesante. Además, en la caminata atravesarán dos tipos de ecosistemas: la sabana y el bosque subtropical. Cascadas, ríos y helechos gigantes son algunos de los elementos que encontrarán en el camino
También, podrán visitar el Mirador de Tucavaca. La entrada tiene un costo aproximado de 20 BOB (10 BOB para residentes), y pueden acceder al mirador chico, o al segundo mirador, que al ser el que está a más altura es el ideal para apreciar amaneceres, atardeceres y para poder observar formaciones rocosas muy interesantes.
Por otro lado, una divertida opción es ir desde Roboré hacia Aguascalientes, que se encuentra a tan solo 30 km. En este último los balnearios son el principal atractivo. Además, hay que tener en cuenta que el río Aguascalientes es el río termal más largo del mundo, contando con una temperatura promedio de 41° a 45° c. Esto lo convierte en un sitio ideal para visitar y relajarse, pero teniendo especial cuidado ya que el río tiene partes en las que hay arenas movedizas y es posible hundirse.
La torre de David
Otro lugar al que se puede viajar desde Roboré es hasta Chochís, cuya principal atracción es la Torre de David. Esta es una piedra enorme, que parecería salida de la nada. También se puede ir al Santuario Mariano de la Torre, un templo que está repleto de diversos tallados en madera en sus columnas y puertas. Las personas representadas en estos tallados poseen rasgos indígenas, y los animales representados son los que pueden encontrarse en la zona, como por ejemplo armadillos, tucanes, cóndores, jaguares, entre otros. Además, dentro del jardín interior del Santuario se encuentra un altar de piedra, un atrio, y diversos elementos ideales para poder realizar una misa al aire libre.
EL mirador en Chochís
Otro lugar perfecto para ir en Chochís es el Mirador, al que se puede acceder antes de llegar a la plaza. Para llegar hay que seguir un camino de subida, que está perfectamente señalizado. El recorrido puede ser un poco complicado, por lo que es recomendable subir de a poco y bebiendo agua constantemente. Tras aproximadamente 30 minutos de caminada llegarán a destino, y podrán disfrutar de una maravillosa vista, sobre todo si llegan al lugar en el momento de la puesta del sol. Igualmente, no es recomendable quedarse en la cima hasta que oscurezca por completo, ya que puede ser difícil bajar del Mirador de noche.
La combinación de distintas culturas es lo que representa un lugar como la Chiquitania boliviana. Pero más allá de eso, el poder visitar locaciones de un atractivo natural increíble además de lugares tan importantes para la historia como las Misiones Jesuíticas es un cóctel perfecto para un viaje inolvidable. Este maravilloso lugar de la llanura boliviana es sin dudas un punto a visitar si están pensando en viajar por América del Sur.